El plan de los Jesuitas de crear un Banco Central en América fue temporeramente detenido durante la presidencia de Andrew Jackson. El se había opuesto a la doctrina de derechos de estados de Calhun, y había detenido los intentos de Biddle de continuar con el Banco Central. Cuando otras cosas fallan, el juramento de los Jesuitas establece que se debe matar a aquel que se interponga a ellos.