Si el libre albedrío ha sido y será siempre la base inalterable de una relación entre Dios y los seres que Él creó, entonces el proceso expiatorio debe ser complicado y largo si tiene alguna esperanza de restaurar la unidad que se ha perdido casi por completo. Si no entendemos cómo se está logrando esta unificación y qué se necesita para completarla, nunca entenderemos por qué existimos o qué nos espera en el futuro. Este bien puede ser el tema bíblico más importante que debemos comprender de la manera más completa posible. Si tenemos alguna esperanza de entender cómo terminará este drama, debemos entender cómo empezó todo.