Dios ha dado su Palabra para que todos la investiguen, a fin de que puedan conocer el camino de la vida. Nadie necesita errar, si tan sólo quiere someterse a las condiciones impuestas en la Palabra de Dios para la salvación. A todos se les concede el tiempo de gracia, a fin de que todos puedan formar su carácter para la vida eterna. Se da a todos oportunidad de decidirse por la vida o por la muerte. Los hombres serán juzgados de acuerdo con la medida de luz que les haya sido dada. Ninguno tendrá que dar cuenta de sus tinieblas y sus errores, si no le ha sido comunicada la
luz. No pecó al no poseer lo que no le fue dado. Todos serán probados antes que Cristo abandone su puesto del lugar santísimo. El tiempo de gracia de todos termina cuando él deja de interceder por los pecadores, y se reviste de las vestiduras de venganza.