Dios emplea diversos medios para efectuar la salvación de los seres humanos. Les habla por medio de su palabra y de sus ministros, y mediante el Espíritu Santo les envía mensajes de amonestación, reprensión e instrucción. Estos medios tienen el propósito de iluminar la comprensión de la gente, revelarles sus deberes y sus pecados, además de las bendiciones que podrían recibir; de despertar en ellos un sentido de su necesidad espiritual, para que acudan a Cristo y encuentren en él la gracia que necesitan. Pero muchos prefieren trazar sus propias sendas en lugar de seguir los caminos de Dios. No están reconciliados con Dios, ni podrán estarlo, hasta tanto hayan crucificado el yo y Cristo viva por la fe en sus corazones.