La mayoría de las religiones paganas se caracterizan por su creencia en múltiples dioses. En contraste, el Judaísmo se caracteriza por ser estrictamente monoteísta. Cuando nació el Cristianismo, sus adeptos tenían la difícil tarea de explicar cómo es posible ser monoteísta y al mismo tiempo ensenar
que el Padre es Dios y que el Hijo también es Dios. El problema se complico aun mas cuando enseñaban que el Espíritu Santo es una persona separada que también es Dios.