Debiera haber sesiones nocturnas de lectura, en las que una persona lea en voz alta a los asistentes, en las noches de invierno junto a la chimenea. Se ha manifestado escaso interés para aprovechar al máximo la luz dada por Dios. Una parte considerable de ella se refiere a los deberes de la familia, y se ofrece instrucción para hacer frente a una multiplicidad de casos y circunstancias. Se gasta dinero en té, café, cintas, volantes fruncidos y adornos, y se dedica mucho tiempo y trabajo a la preparación de ropa, mientras se descuida el trabajo interior de la mente. Dios ha enviado abudante luz por medio de las publicaciones, y éstas debieran encontrarse en cada familia y ser leídas por sus miembros. Padres, vuestros hijos corren el riesgo de ir en sentido contrario al indicado por la luz que ha impartido el cielo. Debierais comprar los libros y leerlos, porque serán una bendición tanto para vosotros como para vuestros hijos. Debierais prestar El espíritu de profecía a vuestros vecinos, e instarlos a comprar ejemplares para ellos. Misioneros de Dios, debierais ser obreros diligentes, activos y vigorosos.